Disfruto enormemente trabajando con personas, interactuando con ellas y con las conversaciones que surgen entre nosotros. Por eso las sesiones de retrato son una de mis parcelas de trabajo favoritas. Nunca sigo una rutina predeterminada. Mi trabajo al retratar se centra más en ver los detalles, en encontrar las emociones de las personas y en capturar el momento. Para conseguirlo, intento crear un ambiente lo más agradable e informal posible. Es un momento fantástico y divertido para todos.
Hago sesiones de retrato para una gran variedad de personas y para una gran variedad de propósitos. Los clientes individuales quieren tener fotos que destaquen su singularidad, que decoren su casa, que compartan con sus amigos…También hago sesiones ocasionales: individuales o familiares, de belleza o de moda. A menudo trabajo con empresas, para las que hago sesiones de retrato empresarial de miembros clave de su plantilla. Las imágenes se utilizan posteriormente para mostrar el ambiente dentro de la organización y para crear marcas personales. Mis clientes utilizan los retratos que realizo en las redes sociales, principalmente en Instagram, pero también en libros de fotos, materiales promocionales y calendarios.
Una sesión de retrato no es solo una foto llamativa de una cara sonriente. A menudo es una conversación minuto a minuto y una lucha contra las limitaciones y la creencia común de que “salgo mal en las fotos”. El tiempo pasa velozmente durante la sesión y tras el logico estrés de los primeros momentos, cualquier rastro de tensión desaparece rápidamente y da paso a la magia de la fotografía.
Lo que realmente me gusta de mis sesiones de retrato es mostrar la belleza de las personas desde mi perspectiva, buscando los puntos fuertes o las emociones, que a menudo redefinen a la persona fotografiada. En infinitud de ocasiones mis clientes han comentado al ver sus fotografías terminadas que no se conocían a sí mismos desde la perspectiva que les había mostrado. Por lo que es un gran placer y satisfacción para mí cuando veo cuánta felicidad puede surgir de sesiones de retrato bien compuestas.
Trabajo de forma diferente con un retrato de una persona respecto a cuando hago una sesión de pareja o grupo. Siempre quiero que la persona fotografiada obtenga la mejor compilación de imágenes posible. Me he acostumbrado a que las cosas sean a menudo imprevisibles durante una sesión de fotos. Frecuentemente se busca un lugar lejano para fotografiar, cuando en realidad las grandes instantáneas se pueden encontrar a la vuelta de la esquina. La autenticidad es importante en los retratos, y en este sentido el entorno es un complemento adicional, pero no por ello menos importante.
Una sesión de retratos suele durar entre 2 y 3 horas y las mejores fotos se suelen hacer en los últimos minutos de la sesión, cuando todos estamos relajados y acostumbrados a la cámara. Lo mejor es planificarla en un día libre de vacaciones, un fin de semana, o planificar toda la mañana o la tarde para la sesión. Te aseguro que el tiempo invertido de esta manera será un hermoso regalo en sí mismo. También es una idea fantástica para regalar a los amigos o a los seres queridos.
Si te interesan las fotografías bellas, necesitas refrescar tu propio portfolio o quieres construir tu imagen de nuevo, quedemos para una charla y una sesión. Te garantizo unas fotos estupendas en un ambiente cuidado y agradable.